domingo, 18 de septiembre de 2011

¿Y si te confieso algo?

Hoy he soñado contigo.
Por lo visto estábamos juntos, y brotaba felicidad de cada uno de los poros de nuestra piel. Era extraño. No me he llegado a acostumbrar (y eso que he tenido unas maravillosas 11 horas de sueño). Era como si tú estuvieras ahí desde siempre y ya se tomara como algo habitual. Era tan, pero tan extraño para mi que yo era consciente que era un sueño, ya que en la realidad era imposible que eso ocurriese, y eso hacía que el sueño fuera más sueño.
Y era esa naturalidad; eso de que pareciese que lleváramos juntos toda la vida, eso de que actuáramos tan corrientemente, lo que lo hacía más extraño aún... ya que realmente, cuando estás cerca me tiemblan las manos, el corazón me late deprisa, se me corta el habla y me sudan las manos.

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