martes, 15 de noviembre de 2011

Live fast cause it wont last.

Llega un momento en el que te paras a pensar qué has hecho con tu vida. En ese momento intentas recordar cuántas veces has llorado, cuántas veces has sido realmente feliz, y cuántas veces has dejado el tiempo pasar. Realmente es triste darte cuenta de que todo ese tiempo que podrías haber invertido en buscar la felicidad, o simplemente crearla a partir de momentos estúpidos o normales, lo has dedicado a quedarte delante de una pantalla, dejando pasar las horas.

Es hora de que despiertes. Date cuenta de que sólo vamos a ser jóvenes una vez. Que todo esto se va a acabar. Que nadie se salva de la vejez, nadie. Que cada minuto que pasas perdiendo el tiempo son sesenta segundos menos de diversión sin límites.
Vive. Llora. Ríe. Corre tras un montón de palomas en un parque cualquiera. Baila bajo la lluvia cualquier domingo de Noviembre. Canta y baila cuando te de la gana, con quien te de la gana, COMO TE DE LA GANA. Experimenta.
Nunca dejes que la rutina atrape tu vida. Nunca seas uno más. Sé diferente. Sé feliz.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Memorias de una idiota. volumen: I.

-¿Sabes? Eres un imbécil.
-¿Qué he hecho ahora?
-Eres un gilipollas.
-¡Basta! No voy a aguantar tus insultos.
-Eres un ciego, un idiota y un estúpido..
-Pero.. ¿se puede saber qué he hecho?
-Me has enamorado. Eso has hecho. Y es un delito muy pero que muy grande.

martes, 1 de noviembre de 2011

Sonríe. Aunque cueste.

No soy especial. No tengo un pelo increíblemente bonito, ni unos ojos dignos de alagar. No soy la persona más simpática, ni la más sociable, ni mucho menos la más querible. No soy tan alta como quisiera ser, ni tampoco tan delgada. No soy de ese tipo de personas que caen bien a todo el mundo a la primera, ni pretendo serlo. No soy de las que dicen te quiero a cualquiera, pero aunque no lo parezca, eso yo lo veo como una virtud. No tengo mucho dinero, ni mi armario está lleno de ropa de marca. No salgo a la calle y la gente se me queda mirando, es más, se podría decir que paso desapercibida. Pero soy feliz, ¿sabes? No me hace falta ser el centro de atención, ni que todo el mundo me de consejos para saber que no merece la pena estar mal. Soy capaz de levantarme yo sola, y me sobra fuerza para ayudar a los demás a levantarse.
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Y es que yo siempre he dicho que la sonrisa es el mejor maquillaje que cualquier persona puede tener.